lunes, 15 de noviembre de 2010

CONESCENDENCIA






Acción y efecto de adaptarse por bondad al gusto y voluntad de otro.
Hay quienes solo son tolerantes cuando los impulsa algún interés mezquino. Esto no se llama condescendencia sino conveniencia.

Cuentan de un joven judío que, al realizar un largo viaje en avión, le toco sentarse junto a un anciano. El joven se mostró despectivo, altivo y grosero. En cuanto pudo, le solicito a la azafata cambiarse de lugar; ella pregunto por que y no tuvo reparo en contestar que el viejo de su derecha era insoportable, “tose y apesta”. Al llegar a su destino el muchacho vio una gran comitiva de recibimiento; cientos de personas esperaban con ansias al anciano que resulto ser un gran maestro rabino. Entonces arrepentido de su actitud se acerco para pedirle perdón y solicitarle su bendición, pero el le contesto: “¿rechazaste al anciano y te acercas al rabino? Lo siento, no puede ser bendecido quien no es condescendiente. Tendrás que pedir perdón a todos los ancianos del mundo”.

Nadie puede saber si alguna vez necesitara a la persona a la que esta despreciando. Decía Emerson: “Cada hombre que conozco - no importa su edad, su sexo, su religión, su raza- tiene algo superior a mi; por eso acepto a todos, lo escucho y aprendo de ellos…”
Si el prójimo comete errores, si es torpe, débil o iracundo, no lo juzgues… ignoras lo que es vivir en sus zapatos.

El momento es el mismo para todos, pero las emociones y circunstancias son siempre diferentes para cada individuo. A las siete de la mañana, en el mismo vagón del metro, una persona piensa en el examen que presentara, otra se dirige a la delegación para atender un problema legal, otro va a una oficina conflictiva, otro de compras otro esta de vacaciones, otro acaba de tener un hijo y otro sufrió recientemente una tragedia. En el mismo tiempo, cada uno vive historias diferentes. Es injusto enfadarse porque el vecino actúe de forma distinta. Los momentos son iguales, pero los mundos diferentes. Lo que hay en la cabeza y en el corazón de dos seres que comparten un espacio puede estar distanciado por miles de kilómetros.
Nadie tiene derecho a condenar.

Un automovilista conducía con exceso de velocidad. Agredía a los demás tocando el claxon, encendiendo las luces, vociferando. En una estrecha avenida tuvo que maniobrar bruscamente para pasar, orillando a un auto compacto que estuvo a punto de accidentarse. El conductor del auto compacto era agresivo y venia armado. Se reincorporo al camino, alcanzo al otro, cerro el paso y se bajo furioso. El conductor apremiado le gritaba que se quitara, le llamaba estorbo, le exigía con vehemencia que se hiciera a un lado. “¿tienes mucha prisa?”, le pregunto el del coche compacto, “pues será la ultima vez que corras tanto…” entonces le dio un balazo y lo mato. Lo verdaderamente trágico y terrible de este caso real fue que el hombre con prisa llevaba a su hijo enfermo al hospital en el asiento de atrás…

¿Quién eres tú para atreverte a juzgar y condenar?
¿Quieres que todos actúen igual, piensen igual, sientan lo mismo que tu? Entonces eres un Patan egocéntrico sin un dedo de frente. A conducta inexplicable de otros siempre es explicable. El intolerante termina convirtiéndose en transgresor, injusto, criminal, fanático.
Solo el condescendiente construye.

Un monje a punto de ser asesinado solicito a su verdugo una última voluntad. “¿ves la rama de aquel árbol?”, le dijo. “córtala con tu machete.” El asesino obedeció y la rama cargada de flores cayó al suelo. El monje le pidió entonces: “ahora pégala para que vuelva a vivir y de frutos.” El criminal se quedo confundido sin poder cumplir la última voluntad del monje. Entonces este se incorporo y le hablo fuerte a la cara: “¡piensas que eres poderoso porque destruyes y matas, pero eso cualquier necio puede hacerlo; escúchame bien, si quieres de verdad ser grande, construye y salva…!” 

Las relaciones de trabajo, familiares, humanas, son bendecidas cuando hay cerca alguien que comprende, alguien que ama, que ayuda y participa en los problemas del otro.

EL HOMBRE SUPERIOR




  1. Suceda lo que suceda siempre se mantiene inquebrantable.
  2. No desprecia nada en el mundo, excepto la falsedad y la bajeza.
  3. No siente por los poderosos ni envidia ni admiración ni miedo.
  4. No ofende ni hace mal a nadie voluntariamente.
  5. No desea lo de otros ni presume lo que tiene.
  6. Es humilde en la grandeza y fuerte en la adversidad.
  7. Es rápido y firme en sus decisiones y exacto en sus compromisos.
  8. No cree en nadie precipitadamente. Considera primero cual es el propósito de quien habla.
  9. Hace bien sin fijarse ni acordarse a quien lo hace.
  10. No le guarda rencor  nadie.

EL CUERPO ESTORBA



  • El cuerpo estorba, pues nos impide ver el espíritu escondido en el.
  • El cuerpo estorba porque solo tiene cinco precarias ventanitas (vista, oído, tacto, gusto y olfato) por las que podemos asomarnos al mundo para percibir no almas, no la verdad, sino –solamente- cosas materiales, engañosas.
  • El cuerpo estorba porque, al no tener otros escapes, los cinco sentidos le producen placeres que pueden convertirse en vicios (sexo, gula, droga, alcohol, etc.) y esclavizar mas al ser espiritual encerrado en el.
  • El cuerpo estorba porque cuando se “descompone” causa dolores, molestias y se convierte en un terrible pesar.
  • El cuerpo nos lleva a ser muy receptivos a las habladurías. Queremos saber que dicen y hacen los demás a nuestras espaldas para conocer el alma que no podemos ver con los ojos de la cara.
  • El cuerpo estorba porque, al estar limitado a lo físico, nos hace admirar cosas que no son ciertas. En la adolescencia todos creemos estar enamorados, pero son espejismos. El verdadero amor se da con el conocimiento profundo no únicamente del físico, sino del espíritu humano que solo es posible ver con los ojos del corazón.

DOBLE MORAL.




Cada persona es vulnerable solo a algunos puntos. Esa es la doble moral. Alardear de aquellos aspectos que hacemos bien sin ningún trabajo, pero callar los errores en que incurrimos…
Quien viva una buena relación conyugal sermoneara sobre fidelidad pero tal vez tomara alcohol. El que sienta rechazo físico por el licor quizá sea infiel pero, eso si, moralizara sobre sobriedad. El deportista tramposo dará cursos sobre hábitos de salud, la modelo sexualmente ligera presumirá sobre dietética… todos hablaran de lo que se les facilita y callaran lo que les dificulta.
Este asunto tiene solución dejando de ostentar lo que hacemos bien, para plantearnos el reto de mejorar en otras áreas. El alcohólico que ha tomado a determinación de no volver a tomar, el hombre que decide nunca mas visitar centros de prostitutas o el empresario que resuelve no volver a hacer negocios ilícitos han convertido un problema personal en un valor de reto. Tendrán que enfrentarse a dos obstáculos: los amigos corruptos y los viejos hábitos, pero cuando los venzan, el valor de reto se habrá transformado en un valor de orgullo; formara parte de su dignidad, de su nuevo código de vida…
No importa la edad que se tenga. Todos debemos detectar nuestros defectos, convertirlos en retos a superar y mas tarde en logros de dignidad para volver a comenzar con otro defecto. Quien no tenga las agallas de entrar a este proceso de purificación continua se convertirá, en cuanto logre algo digno de ostentación, en un Patan, fanfarrón, ególatra. La verdadera superación del ser humano es un concepto estrictamente vinculado con la ética.

NIVELES DE LA PERSONALIDAD.




La personalidad del ser humano tiene tres niveles.

El primer nivel es la APARIENCIA. Para conocerla basta con ver a la persona, observar su vestimenta, su peinado, su forma de hablar y de conducirse. Es fácil mentir en este nivel.

El segundo nivel de la personalidad son las ACTITUDES. Para conocerlas, se necesita platicar con la persona, saber que piensa de su familia, de su trabajo, de sus amigos, saber si es positiva o negativa, constructiva, dañina o traicionera… también en este nivel es posible mentir.

El tercer nivel de la personalidad son los VALORES INTRINSECOS. Para conocerlos, no es suficiente conversar con la persona… hay que vivir con ella. Solo quienes conviven a diario con nosotros y nos ven reaccionar en todo tipo de circunstancias saben cuales son nuestros valores vertebrales. En este perímetro ya no es posible mentir. Todo es transparente. Todo sale a la luz.
El valor intrínseco de la gente se revela en su mas profunda intimidad: en sus practicas sexuales, en la forma en que se gana la vida, en la manera de tratar a sus seres queridos, en sus hábitos privados… solo en la vida secreta de desenmascara al moralista hipócrita o se descubre al verdadero hombre de bien.

domingo, 14 de noviembre de 2010

COMO PELEAR CON TUS SERES QUERIDOS.


Cuando hay testigos de la disputa el ego crece, el orgullo se hincha, lo que se persigue no es la solución de un problema determinado sino demostrar ante los espectadores quien es mas fuerte y dominante.


  • Regla numero uno para pelear:

"Si el problema es entre tu y yo lo arreglaremos entre tu y yo, y queda prohibido hacer participes a otros o discutir en presencia de otros."

Estando a solas es mucho mas fácil pedirse perdón mutuamente, sinceramente, verse a la cara y hablarse con el corazón. Dos personas que tuvieron la afinidad para unirse pueden allanar cualquier diferencia si están en intimidad.

al saber que hay un fisgón escuchando detrás de la puerta o, inclusive, que alguien (tal vez bien intencionado) nos preguntara al día siguiente como termino la riña, no podremos quitarnos la mascara del orgullo. Un testigo físico o mental nos motivara, sin darnos cuenta, a tratar de mantener cierta imagen y eso bloqueara la sencillez y la humildad indispensables para llegar a un acuerdo con quien realmente importa...
Algunos psicólogos aseguran que los tres factores que causan la desintegración conyugal son: el alcohol, la infidelidad y la intervención de familiares políticos.


  • Segunda regla para pelear:
" El cariño y la lealtad son conceptos no negociables, por lo tanto queda determinantemente prohibido proferir amenazas terminales."

En toda relación humana que se pretenda duradera debe haber ALGO intocable, ALGO que no puede por ningún motivo entrar a la mesa de discusión: El cariño. La pareja podrá negociar cualquier cosa, pelear encarnizadamente por resolver las diferencias, pero siempre protegiendo bajo una campana de acero blindado el concepto de su amo; este no se perjudicara con los resultados. Amenazas como "si no cambias me largo" o "te advierto que si no accedes nos divorciaremos" o "lo que dijiste acaba de matar mi cariño por ti", ocasionan que la discusión baladí se torne peligrosamente terminal.


  • Tercera regla para pelear:
"Queda prohibido tener actitudes extremas. Si la persona pierde el control, deberá alejarse, pero nunca realizar escenas que la hagan poco confiable para siempre."

Todos los seres humanos poseemos un arsenal de alto calibre que por ningún motivo debe usarse con nuestros seres queridos. estas armas son: gritar, golpear, insultar, romper cosas, maldecir, injuriar a los familiares del otro, azotar puertas, empujar, arrojar objetos, irse de la casa, emborracharse, cometer adulterio, etc.
Estos recursos hieren y hacen perder la visión de lo que se discute. Las partes se concentran en devolver sus lanzas con el único fin de lastimar al contrincante.
las actitudes extremas son como un veneno que daña la relación para siempre, pues aunque después de la lid las personas se reconcilien, el familiar o amigo agredido con ese armamento pesado ya no podrá volver a tener la misma confianza en el otro ni podrá verlo, aunque quiera, con los mismos ojos de antes. Siempre existirá en el el temor de un desacuerdo futuro y la sospecha de que su compañero reaccione de la misma forma.



  • Cuarta regla para pelear:
 "Se debe discutir una sola cosa a la vez"


Al enfadarse se pondrá sobre la mesa de combate solamente el asunto que haya causado la emoción negativa.
Cuando no se sabe pelear es muy común comenzar con un tema "A"y terminar disputando un tema "Z" totalmente diferente, después de haber pasado por veintisiete inicios, todos ellos sin relación, unos hirientes, otros incoherentes, otros extremadamente añejos, pero todos esgrimidos para lesionar al contrincante con mil pamemas y hacerlo sentir culpable de cuanto malo pasa entre ellos. Una discusión así no tiene pies ni cabeza; el asunto inicial se complica y se deforma a tal grado que la pareja se siente furiosa y el pleito no tiene solución.

Al departir no deben traerse a colación asuntos que ya pasaron, que ya se discutieron y que no tiene ningún caso revivir. Hacer eso es como meter el dedo en las heridas viejas.





  • Quinta regla para pelear:


"Prohibido quedarse con cuentas pendientes; si algo no es lo suficientemente grave para discutirse en el momento, deberá tolerarsele para siempre..."


Hay mucha sabiduría en la actitud de algunos padres que no hacen pleitos por que sus hijos se peinen o se vistan un poco raro; o en la esposa no fumadora que permite fumar a su esposo: o en la del varón que deja trabajar a su consorte aunque prefiriese que se dedicara de lleno al hogar; o en la de las esposas que permiten a sus maridos invitar eventualmente amigos a cenar. Es sabiduría porque disciernen que obligar a cambiar a sus seres queridos en esas actitudes, necesarias de alguna forma para ellos, ameritara un altísimo grado de cohesión. Por supuesto, no se trata de ser manso o subyugad. Si el asunto es grave se debe hablar claro, pero si no lo es, basta con decirle al compañero lo que nos molesta y dejar bien establecido que por el amor que les tenemos estamos dispuestos a tolerarlo. Esa es la mejor estrategia para que un familiar cambie, la que se basa en la premisa de que aunque no cambie lo seguiremos amando. Al percibir eso el, a su vez, tarde o temprano también deseara darnos gusto.

viernes, 5 de noviembre de 2010

EL LIDER TRIUFADOR Y SUS AYUDANTES DESPOTAS


El verdadero hombre de éxito es humilde. Celebra el triunfo de otros, los felicita, los elogia y se alegra sinceramente de la prosperidad ajena porque el mismo es prospero. Sabe que el sol sale para todos. Es tenaz, preparado, habla fuerte, se da su lugar, pero da el suyo a los demás y los escucha. Siente que en cada ser humano, sin importar su edad, raza o religión, hay algo digno de admiración. No conoce la envidia, pues su filosofía le lleva a pensar que Dios regala “paquetes” y no atributos individuales. Por ejemplo: puede detectar que su vecino posee tres cosas mejores que el, pero no las codicia porque sabe que si se le dieran las tres ventajas del vecino estaría  obligado a cargar también con sus desventajas. Para un triunfador es incoherente decir “Dios mío ¿por que no me diste otro conyugue o otra posición social?”. Sabe que lo que a el se le dio no es una pareja o una posición social sino un “paquete” en el que se incluye compañera, hijos, trabajo, cerebro, salud, dones espirituales, aspectos físicos, profesión, habilidades, etcétera; que cada ser humano cuenta con el “paquete” que justamente necesita, que cada “paquete” tiene una excelente combinación (carencias que equilibran las virtudes y virtudes que equilibran las carencias) y que todas las personas son triunfadores en potencia si usan adecuadamente el paquete que se les dio.

La posición del líder triunfador presenta, sin embargo un problema siempre latente: Atrae a los fracasados como la miel a las moscas.

Se acercan a el muchas personas envidiosas que desean a toda costa cosechar donde no han sembrado.

Los fracasados allegados al líder triunfador se convierten en SUBJEFES DESPOTAS.

  • Hijos holgazanes del papa rico.
  • Representantes de artistas deslumbrados por la fama.
  • Gerentes intermedios.
  • Auxiliares de importantes personalidades…

Tiene con mucha frecuencia el complejo de “mira lo grande que soy”.
Se envanecen de los triunfos de su jefe.
Tratan con desprecio a la gente.
La pulga sobre el perro cree que es ella quien camina rápido.

Ni el propio líder, que es casi siempre una persona muy ocupada, trata con prepotencia a los demás: pero el subordinado lo hace. Es un tirano con fusil. Amenaza a todos mostrando el arma que se les dio: su credencial. Fanfarronea, sobre los asuntos, roba e impone condiciones de dinero.

La pulga, por si misma, nunca lograra tener poder, pero en cuanto la colocan sobre el perro ostenta su posición y se burla de las que están en el piso.
El líder triunfador debe cuidarse de este tipo de rémoras. Del mismo modo, la gente que sufre vejaciones y desprecios de subjefes déspotas debe protestar, pues en ocasiones el líder es el ultimo en enterarse del abuso de sus colaboradores.