Cuando hay testigos de la disputa el ego crece, el orgullo se hincha, lo que se persigue no es la solución de un problema determinado sino demostrar ante los espectadores quien es mas fuerte y dominante.
- Regla numero uno para pelear:
"Si el problema es entre tu y yo lo arreglaremos entre tu y yo, y queda prohibido hacer participes a otros o discutir en presencia de otros."
Estando a solas es mucho mas fácil pedirse perdón mutuamente, sinceramente, verse a la cara y hablarse con el corazón. Dos personas que tuvieron la afinidad para unirse pueden allanar cualquier diferencia si están en intimidad.
al saber que hay un fisgón escuchando detrás de la puerta o, inclusive, que alguien (tal vez bien intencionado) nos preguntara al día siguiente como termino la riña, no podremos quitarnos la mascara del orgullo. Un testigo físico o mental nos motivara, sin darnos cuenta, a tratar de mantener cierta imagen y eso bloqueara la sencillez y la humildad indispensables para llegar a un acuerdo con quien realmente importa...
Algunos psicólogos aseguran que los tres factores que causan la desintegración conyugal son: el alcohol, la infidelidad y la intervención de familiares políticos.
- Segunda regla para pelear:
" El cariño y la lealtad son conceptos no negociables, por lo tanto queda determinantemente prohibido proferir amenazas terminales."
En toda relación humana que se pretenda duradera debe haber ALGO intocable, ALGO que no puede por ningún motivo entrar a la mesa de discusión: El cariño. La pareja podrá negociar cualquier cosa, pelear encarnizadamente por resolver las diferencias, pero siempre protegiendo bajo una campana de acero blindado el concepto de su amo; este no se perjudicara con los resultados. Amenazas como "si no cambias me largo" o "te advierto que si no accedes nos divorciaremos" o "lo que dijiste acaba de matar mi cariño por ti", ocasionan que la discusión baladí se torne peligrosamente terminal.
- Tercera regla para pelear:
"Queda prohibido tener actitudes extremas. Si la persona pierde el control, deberá alejarse, pero nunca realizar escenas que la hagan poco confiable para siempre."
Todos los seres humanos poseemos un arsenal de alto calibre que por ningún motivo debe usarse con nuestros seres queridos. estas armas son: gritar, golpear, insultar, romper cosas, maldecir, injuriar a los familiares del otro, azotar puertas, empujar, arrojar objetos, irse de la casa, emborracharse, cometer adulterio, etc.
Estos recursos hieren y hacen perder la visión de lo que se discute. Las partes se concentran en devolver sus lanzas con el único fin de lastimar al contrincante.
las actitudes extremas son como un veneno que daña la relación para siempre, pues aunque después de la lid las personas se reconcilien, el familiar o amigo agredido con ese armamento pesado ya no podrá volver a tener la misma confianza en el otro ni podrá verlo, aunque quiera, con los mismos ojos de antes. Siempre existirá en el el temor de un desacuerdo futuro y la sospecha de que su compañero reaccione de la misma forma.- Cuarta regla para pelear:
"Se debe discutir una sola cosa a la vez"
Al enfadarse se pondrá sobre la mesa de combate solamente el asunto que haya causado la emoción negativa.
Cuando no se sabe pelear es muy común comenzar con un tema "A"y terminar disputando un tema "Z" totalmente diferente, después de haber pasado por veintisiete inicios, todos ellos sin relación, unos hirientes, otros incoherentes, otros extremadamente añejos, pero todos esgrimidos para lesionar al contrincante con mil pamemas y hacerlo sentir culpable de cuanto malo pasa entre ellos. Una discusión así no tiene pies ni cabeza; el asunto inicial se complica y se deforma a tal grado que la pareja se siente furiosa y el pleito no tiene solución.
Al departir no deben traerse a colación asuntos que ya pasaron, que ya se discutieron y que no tiene ningún caso revivir. Hacer eso es como meter el dedo en las heridas viejas.
- Quinta regla para pelear:
"Prohibido quedarse con cuentas pendientes; si algo no es lo suficientemente grave para discutirse en el momento, deberá tolerarsele para siempre..."
Hay mucha sabiduría en la actitud de algunos padres que no hacen pleitos por que sus hijos se peinen o se vistan un poco raro; o en la esposa no fumadora que permite fumar a su esposo: o en la del varón que deja trabajar a su consorte aunque prefiriese que se dedicara de lleno al hogar; o en la de las esposas que permiten a sus maridos invitar eventualmente amigos a cenar. Es sabiduría porque disciernen que obligar a cambiar a sus seres queridos en esas actitudes, necesarias de alguna forma para ellos, ameritara un altísimo grado de cohesión. Por supuesto, no se trata de ser manso o subyugad. Si el asunto es grave se debe hablar claro, pero si no lo es, basta con decirle al compañero lo que nos molesta y dejar bien establecido que por el amor que les tenemos estamos dispuestos a tolerarlo. Esa es la mejor estrategia para que un familiar cambie, la que se basa en la premisa de que aunque no cambie lo seguiremos amando. Al percibir eso el, a su vez, tarde o temprano también deseara darnos gusto.
"LA ULTIMA OPORTUNIDAD", PUBLICADA EL AÑO 1997 POR EDICIONES SELECTAS DIAMANTE S.A.
ResponderEliminarQue buen tema este, la verdad me encanto!!!!!
ResponderEliminarTantas cosas que no se practican en la vida diaria.
ResponderEliminarPor eso me gustan los libros de éste hombre, tienen muchas cosas que aplicándolas a la vida la hacen mucho más amena. Gracias por publicarlo!
ResponderEliminarMuy buenas reglas, que nos pueden servir en algún momento.
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